viernes, 27 de junio de 2014

Defensa legal

Caminé despacio hasta el frío camastro y me dejé caer. A mi lado, un calendario baratero plagado de incomprensibles símbolos chinos marcaba el día treinta y uno.

Comenzaba un nuevo año, lleno de ilusiones y nuevos propósitos. Que felicidad, claro que sí. ¿Qué podía hacer?  ¿Aprender inglés? ¿Papiroflexia? ¿Reclamar al simpático alcaide un yogur caducado hacía menos de tres días para el desayuno?

Sabía por qué estaba allí, que nadie me había puesto el cañón de una recortada en la sien para que mintiese.
Acusación por perjurio decían. Tenían pruebas chillaban. Esas ratas.

¿Pero, quién no lo haría todo por su niña? Ella, que carecía de malicia alguna. Tan inocente. Y aquel cabrón la violó. Claro que lo golpeó con aquella piedra, y claro que lo mató. Y si no, lo hubiese hecho yo.

14/06/2015


“Feliz diecinueve cumpleaños cariño. Nos veremos pronto, aguanta. Esto no es más que una pesadilla pasajera. Te quiero”